REINVENTANDO "EL PATIO" ESCOLAR
escuelas madrileñas, 1868-1968
TFG ETSAM | SÍNTESIS

La relación entre función y expresión arquitectónica han venido de la mano del racionalismo desarrollado en Europa durante el siglo XIX. Estas ideas trajeron consigo el nacimiento del concepto de tipología arquitectónica y, por consiguiente, la propia del edificio escolar, que hasta entonces era concebido como una actividad, y no como un lugar.
El concepto de la escuela ha variado a lo largo de la historia. Es el resultado de la convergencia de una serie de referencias como “templo”, ”monumento”, “árbol”, o “cárcel”. Dependiendo del porcentaje de cada una de estas referencias, partícipe en la configuración de una determinada ideología escolar, surgirán los distintos modelos de construcciones escolares. De igual manera, y aunque quizás de forma no voluntaria en algunos casos, la tipología nos lleva a la configuración de un determinado espacio de esparcimiento.
El periodo comprendido entre el Sexenio Democrático (1868) y la etapa final del Franquismo (1975), enmarca un proceso muy amplio de transformación social, económica y política, en el cual la reforma educativa ocupa un papel preponderante, a veces como agente y otras como fruto. Desde los primeros modelos de 1869, prosiguiendo con las escuelas religiosas de final de siglo, el nuevo modelo de escuela pública regeneracionista de 1904, los escasos pero magníficos ejemplos de la arquitectura escolar republicana; la involución de la postguerra; o los notables centros escolares de la década de los sesenta… Existió una relación directa entre la corriente pedagógica predominante, y la configuración del espacio escolar, donde la escuela, se convierte en síntoma material, de los valores sociales de la educación de un determinado periodo. El diseño, concepto y denominación de los espacios de recreo, adquirirá de igual forma, distinta relevancia a lo largo del periodo de análisis.
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Modelos escolares de Escuela Pública
Aníbal Álvarez - 1869 (Sexenio Democrático)
Se propone actuar en el área de la Puerta Norte y el Castillo de Santa Cruz del Barrio del Cabo, la plaza contigua de San Fernando y la conexión de esta última con el eje urbano de la calle Real, la arteria principal de la capital palmera.
Son muchos los autores españoles que, desde la segunda mitad del siglo XIX, se han ocupado del estudio y análisis de las construcciones escolares. La revolución de 1868 materializa el afán liberal de fundamentar la instrucción pública patente ya en la Ley de Instrucción Pública de 1857, también conocida como Ley Moyano. Sin embargo, no se ha realizado antes, un análisis del espacio de esparcimiento de los centros escolares. Los estudios realizados se han centrado siempre, en la configuración espacial escolar a partir del análisis formal, compositivo y conceptual del aula.
Este trabajo plantea una reflexión de los cien años comprendidos entre el Sexenio Democrático y el final del franquismo, realizando, un recorrido histórico a través de las distintas tipologías de modelos escolares promovidos tanto por instituciones públicas, como privadas; y centrándose en el análisis de los espacios de esparcimiento y relación.
Finalmente, se analizan y comparan, pormenorizadamente, los espacios de recreo de tres centros escolares de la década de los sesenta. Uno de ellos, de carácter público y por tanto enmarcado dentro de unos parámetros o cánones establecidos a nivel estatal. Los otros dos de carácter privado, uno religioso y otro laico.



Pabellón de párvulos del Instituto Escuela
Arníches y Domínguez - 1935
Iniciándose la trayectoria de la tipología escolar española, a partir de los modelos de escuela pública de 1869; se advierte al mismo tiempo, de la importancia de dotar a la escuela de un espacio de esparcimiento asociado al aula. En ninguno de los tres modelos, el espacio de juegos se configura como elemento protagonista en la configuración espacial, pero serviría de base teórica para la elabora- ción de modelos posteriores. En el modelo de escuela pública para más de cinco mil alumnos, se establece también la necesidad de incorporar una galería techada para el esparcimiento en días de climatología adversa.
En España, es la Institución Libre de Enseñanza quien se ocupa de poner en claro quién ha de ser el protagonista de la construcción escolar en España. Manuel Bartolomé Cossío, Director del Museo Pedagógico Nacional, entendía que la entidad a él confiada habría cumplido verdaderamente con su función el día en que sean el maestro y el pedagogo quienes decidan no sólo sobre el mobiliario de la clase, sino sobre todo aquello que concierne a la configuración de la escuela misma. Francisco Giner afirma en 1882 que tanto el local como el mobiliario escolares son, en primer término, de la competencia del maestro y del pedagogo, actuando con el auxilio de higienistas y arquitectos. Años después, Giner denuncia la falta de adecuación de los edificios escolares que se estaban construyendo, y ante este panorama, la Institución Libre de Enseñanza adopta la actitud más inteligente, renunciar a su objetivo inicial de que sean los maestros debidamente formados los que tomen la iniciativa del diseño escolar. El maestro pasa a intervenir en el proyecto de una forma más sutil, pero mucho más efectiva; es decir, no se pone en el lugar del arquitecto, no trata de suplantar su papel como tantos otros pedagogos, sino que sabe rodearse de arquitectos que interioricen sus propuestas modélicas, y las integren en sus proyectos a su modo personal de interpretar la arquitectura.
El modelo de la escuela Frobeliana recogería la esencia del espacio escolar idílico perseguido por la Institución Libre de Enseñanza. Se trató del primer ejemplo histórico en el cual un procedimiento educativo llevaba asociado el diseño de un espacio singular y específico. Aquí el espacio de recreo se convierte en el elemento generador de espacio de mayor índole del conjunto, configurado por un “Patio Arbolado” en torno a un círculo central apto para ejercicios gimnásticos, además de por parcelas de tierra destinadas al cultivo individual del alumno.
En contraposición a este modelo espacial, se desarrolla simultáneamente otra tipología de escuela, en este caso promovidas por instituciones religiosas. Debido a la victoria de la II República Francesa, multitud de órdenes religiosas emigran a la capital española, desarrollando su propio modelo de centro escolar. Aquí la Iglesia, abierta al pueblo, se convierte en el elemento compositivo protagonista. Las áreas de esparcimiento, se limitan a configurarse, sin mayor reflexión, a partir de los espacios intersticiales entre el templo religioso y los pabellones perimetrales que contendrían las aulas y resto del programa.


Modelo Frobeliano
Modelo Religioso
Jareño de Alercón - 1872
Aníbal Álvarez - 1896
En 1904, el Ministerio establece un nuevo modelo de escuela pública, donde la escuela unitaria se declara obsoleta y se opta por una organización de enseñanza dividida en grados. Los modelos desarrollados primeramente por Do- mingo Rute, como los posteriores del Concurso Nacional de 1911, plasmarían los ideales pedagógicos y espaciales de la Institución Libre de Enseñanza, donde el carácter abierto del patio se convertiría en protagonista de las diferentes propuestas. Además aparecerá descrito por primera vez el concepto de “Campo Escolar” a partir de la Instrucción Técnica, en donde se establecen unas dimensiones y exigencias mínimas para este. El “Patio Cubierto” también aparecerá descrito por primera vez, incorporándose una superficie de tales características equivalente a las de las aulas.


Escuela tipo tipo nº5
Escuela tipo nº12
Luis Domingo Rute
Luis Domingo Rute
El contexto político y económico de inicios de la década de los años treinta, no ayudaron a que se culminara con el proceso de regeneración y modernización que se había iniciado con el siglo. La realidad de la modesta España rural de aquellos años, provocó que la arquitectura escolar de la II República, no aportara ninguna actitud de vanguardia. Sin embargo, en ese periodo se consolida el experimental Instituto-Escuela; al mismo tiempo que Arníches y Domínguez proyectan las nuevas instalaciones de la Institución Libre de Enseñanza en la Colina de los Chopos. El Instituto de Secundaria y el Pabellón de Párvulos se convertirían en modelos idílicos donde la importancia de la enseñanza al aire libre y del juego como elemento formativo influirían en el diseño de los espacios de esparcimiento. Introducen el término de “Patio de aula” en el caso del Pabellón de Párvulos, además de satisfacer las necesidades de espacios de recreo cubierto, por medio de un entramado de marquesinas realizadas por Eduardo Torroja.
Con el inicio de la etapa franquista, se elimina y transformado en entramado escolar republicano dejando a un lado el espíritu innovador de los años anteriores. Esta involución, se ve truncada a raíz del acuerdo militar con Estados Unidos de 1953, donde el país comienza a abrirse al mundo, y las nuevas políticas, junto con el contexto social y económico vuelven a otorgar protagonismo a la arquitectura escolar. En todos los proyectos realizados bajo el programa de “Escuela Nueva”, el “Campo Escolar” tendrá nuevamente una fuerte vinculación con el aula, pero ya no como respuesta a una determinada pedagogía, sino como interpretación individual de los modelos contemporáneos europeos. Se introducen por primera vez, en un programa a escala nacional, la necesidad de incorporar “Pistas deportivas” al programa del centro.


Concurso Escuela 12 grados
Vázquez de Castro - 1958
Concurso Escuela 16 grados
Vázquez de Castro - 1967
Estudio de casos:
- Grupo escolar en el poblado de absorción de Vista Alegre. Guillermo Diz y Miguel Ángel Ruiz Larrea (1958).
- Colegio Estudio. Fernando Higueras (1964).
- Colegio Nuestra Señora Santa María. Antonio Fernández Alba (1963).
En el caso de Madrid, se desarrollarán principalmente los centros privados de carácter religioso, propiciados por la abundante financiación estatal, y el gran número de instituciones religiosas instauradas en la capital. La mayoría de estos proyectos fueron realizados por arquitectos englobados en la Escuela de Ma- drid, los cuales configurarían la tardía incorporación de España en la arquitectura moderna. Los tres centros analizados en el capítulo anterior, y enmarcados en esta etapa, corresponden por un lado a los patrones de escuela pública desarrollados para los poblados de absorción madrileños, y por el otro, a dos colegios de carácter privado, uno laico y el otro religioso.

Grupo escolar en el poblado de absorción de Vista Alegre.

Guillermo Diz y Miguel Ángel Ruiz Larrea.
Colegio Público - 1958.
Colegio Estudio.
Fernando Higueras.
Colegio Privado Laico - 1964.


Colegio Nuestra Señora Santa María.
Antonio Fernández Alba.
Colegio Privado Religioso - 1963.



© Guillermo Palenzuela